miércoles, 22 de diciembre de 2010

La calumnia de Rubén Darío



Puede una gota de lodo

sobre un diamante caer;

puede también de este modo

su fulgor oscurecer;

pero aunque el diamante todo

se encuentre de fango lleno,

el valor que lo hace bueno

no perderá ni un instante,

y ha de ser siempre diamante

por más que lo manche el cieno.
 
Rubén Darío

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