domingo, 13 de marzo de 2011

En paz - Amado Nervo



Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida,

porque nunca me diste ni esperanza fallida,

ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;



porque veo al final de mi rudo camino

que yo fui el arquitecto de mi propio destino;



que si extraje la miel o la hiel de las cosas,

fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:

cuando planté rosales, coseché siempre rosas.



...Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:

¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!



Hallé sin duda largas las noches de mis penas;

mas no me prometiste tú tan sólo noches buenas;

y en cambio tuve algunas santamente serenas...



Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.

¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!
 
 
N.de R. Este es uno de esos poemas que siempre amé, que siempre leí, con el cual mucho tiempo me identifiqué, hasta un día de mi vida, el 3 de octubre de 1994  en que la leucemia se llevó a mi hija mayor, Noelia, con tan sólo dieciseis años, desde ese día dejé de bendecir la vida y no puedo decirle que no me debe nada y menos aún que estamos en paz...
Pero el talento poético de Amado Nervo no tienen nada que ver con lo que la vida a mí me debe y su obra es hermosa, por lo tanto decidí publicarlo igualmente.
Melan.

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