lunes, 23 de mayo de 2011

Sin embargo recuerdo - Poema de Nira Etchenique



Sin embargo recuerdo.


Un cuarto piso.

Gorriones que venían con espejos,

Un suave olor a nardo,

Un suave olor a sexo,

Un suave olor a noche,

Un suave, suave, suave,

Un suave olor a humano.

Entonces las ventanas se abrían como madres

Y el cigarrillo ardía

Y ardía la campana, la lámpara, el abismo

Del muslo que gemía, del labio que quemaba,

Del áspero silencio sangrando boca arriba.



A veces te tocaba como si hubieras muerto.

Se me ocurrían cosas de loca, parecía

Que el mundo era de yema,

De azúcar, de canela,

Que había alcohol caliente tocando las paredes

Y pájaros de trigo colgando de mis senos.

Se me courrían cosas de loca, me reía

O acaso no reía,

O acaso me callaba

O sólo, solamente

O solamente acaso

Lloraba con el gusto de tu pelo en mi boca.



A veces te miraba como si hubieras muerto,

Dormido, estremecido, sin protección ni odio,

Prófugo de mi arena, solo en isla de miedo,

Negro de negra ausencia

Marinero sin espumas.

O quizá me soñabas y me estabas soñando

Pero yo te miraba como si hubieras muerto.

Entonces en el barco feroz de mi garganta

Navegaba cigarras, hormigas, grillos ciegos,

Un circo de cristales

Un mercado de lobos un pozo de calandrias

Y un cántaro de rosas.

La tarde se ponía color de cien naranjas.



Volvías a tu isla.

Naufragabas en mí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario